Hoy, a varios días de tu partida, pienso en cómo reponer todos los huecos que nos deja tu ausencia, y mientras pensaba, me di cuenta de que muchas cosas tuyas siempre seguirán conmigo: de ti siempre me acompañará esa vocación por el trabajo manual, ese amor invaluable a mi patria y a mis principios, tu incansable deseo de aprovechar el tiempo, hacer todo en cantidades industriales. También me acompañará el orgullo de que gran parte de mi formación personal se debe a ti, de que tuve como abuela a una mujer enamorada y creyente en el amor, en el trabajo arduo, que me enseñó que soy la única responsable de hacer de mí una mujer digna de admirar como lo eras tú.
En nuestra casa siempre estará tu espacio, rebosante de enseñanzas, recuerdos, de tu legado y de todo lo que me hace sentir orgullosa de ser tu nieta.
Tu nieta/ hija.
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