Helena es serena, suave, delicada, con una capacidad inmensa de ocultar el volcán que es por dentro. Sabia, sabe cuando callarse y cuando tiene que hablar no hay quien la detenga. Helena es Helena, así dicen sus amigos. Su pelo negro alborotado y firme es la mejor expresión de cómo reacciona ante las injusticias, sus manos son arte y su rostro está iluminado por dos ventanitas que tiene en su sonrisa, pero que compiten con el gran puente de luz que transmiten sus ojos. Para aprender o discutir algo nunca está cansada, pues el significado de la palabra cansancio lo aprendió un día, pero cuando supo lo que implicaba decidió olvidarlo al rato y así lo hizo, porque cuando se decide por algo, está decidido. No pide permisos, pero sí comunica sus voluntades y pide sugerencias. Su voz siempre está a la orden cuando de una canción se trata. Imagino que pondrá el alma en oferta cuando a un amor encuentre y se entregará al mismo sin miedo del daño que este pueda causarle y será lo suficiente valiente para aceptarlo cuando algo ande mal.
Helena no titubea, ni siquiera cuando a cada rato tiene que repetir: -Si, con H. Porque mucha gente no entiende que el de ella se escribe con "H". Siempre lo dice con la misma paciencia, aún se lo pregunten cien veces. Helena es Helena y así la quiero, Helena es la hija que aún no tengo y dentro de mucho tiempo no planeo tener, pero aún así la espero tal como la describo, firme en sus convicciones y fuerte ante lo que pueda venir, pero delicada cuando se amerite y sobretodo sensible, sensible a todo, a lo bueno, a lo malo, a lo injusto y a lo placentero. Todavía no es mía, pero cuando la tenga, no creo que lo sea pues no se me puede olvidar que Helena es Helena.
Domingo 25
Hace 6 años.